-El, sentado en el balcon, como un hombre bajo sequestro en aquel espacio pequeño. El humo creando un atmosfero.de nubes a su alrededor. Las luces de la ciudad, encendidas, pareciendo estrellas distintas en la distancia. Y no permite levantarse de esa silla, que el estar sentado mantiene los pensamientos a su alcance. Aunque el viento empieza en la oscuridad de la noche, el se acomoda para una larga sesion de intento.
“No es el acto” le dijo a ella, “pero intentar.”
Haci es como el lo ha descubierto. En las largas meditaciones en el silencio de la noche. No ha encontrado ni una respueta clarividente a sus muchas preguntas, pero ha llegado a darse cuenta de que el pensamiento no es mas que un pasatiempo, y la accion solo llega al pasar.
“Y cual es la rason que prefieres pasar tus pensamientos en sequestro, en vez de vivir en libertad?” le ha preguntado ella.
Su respuesta callada, ella no ha entendido, al verlo volver en silencio a su silla en el balcon. Es alli, donde, entre otros pensamientos, vuelve a los de su niñez. Recordando el desafio de resucitar despues de dias enteros perdidos en estar ni vivo ni soñando, pero por muchas cuentas, todavia sin morir. Es un recuerdo que se le despierta de tiempo en tiempo, siempre con la misma imagen. Un pasillo blanco interminable, en el cual, el unico sonido que recuerda es el rechinazo de las ruedas, de la silla que lo lleva casi flotando. Y fue ese pasillo, que hasta este momento, recuerda como el genesis de su segunda vida, la unica que esta seguro haber vivido.
Ciera los ojos y se pierde en esos recuerdos solitarios, de sosiego perdido. Recuerda la noche que desperto arodeado de mujeres vestidas en blanco, y el, sin menor idea donde se encontraba. Y asi, con sus ojos aun todavia pesados, llego a ver como se deshace la costura humana, como se desenlaza el tejido de la piel viva. Son, en estos pensamientos que aun se habre el paso a las preguntas recorridas sobre su estado mental y su habito de solitario sequestrado a su silla en lo frio del balcon. Y como siempre, al abrir los ojos se encuentra solo de nuevo, y sin rastro de clarividencia, pero con un palabra mas para su acto de escritor.
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